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viernes, 1 de mayo de 2009

¡Uf! que trabajo cuesta el trabajo



















Desde la concepción del Derecho, el trabajo es la actividad con la que se producen bienes económicos, sociales y culturales, que sirven a otras personas con las que el trabajador entra en una relación regulable por las normas legales vigentes, y por cuya actividad recibe una compensación: el salario. Desde el punto de vista de la Economía, el trabajo es uno de los factores de producción y uno de los diversos tipos de acciones que el individuo realiza para adaptar la naturaleza a fin de satisfacer sus necesidades.

Para controlar y regular las condiciones del trabajo a nivel internacional se creó Organización Internacional del Trabajo mediante el Tratado de Versalles, que se propone alcanzar, entre otros objetivos: el pleno empleo y la elevación del nivel de vida, la orientación profesional adecuada de los trabajadores, la participación equitativa de todos en los frutos del trabajo, el reconocimiento del derecho de negociación efectiva y la extensión de las medidas de seguridad social y protección adecuada de la vida y la salud de los trabajadores.

Los fines propuestos por esta organización en su pleno significado visualizan un trabajador satisfecho, con garantías personales y familiares, y con un desempeño idóneo y productivo; pero la realidad es otra, hoy nos encontramos con trabajadores, en su mayoría, explotados e inconformes que alcanzan pequeños logros laborales a través de la protesta, quienes asfixiados por las diferencias desfavorables en la relación ingreso – egreso continúan la cadena de injusticia social convirtiéndose, en muchas ocasiones, de explotados en explotadores de sus subalternos, generando una sociedad con ausencia de valores de respeto y tolerancia con su semejante.

Si situaciones como la anterior la sufren un porcentaje de afortunados trabajadores que cuentan con una vinculación laboral en el sector público o privado y con una estabilidad a medias, ¿Que podemos pensar y esperar de esa otra gran población que vive del “trabajo informal” o “el rebusque”, cuyos ingresos dependen de infinidad de factores no controlables, carentes de seguridad y protección social, ignorados por el Estado y la misma sociedad?

Por lo tanto, lo mínimo que podemos hacer por ellos es reflexionar y evitar convertirnos en victimarios de las personas que de una u otra forma conviven en nuestro entorno y nos prestan un servicio.


Escritora el angel de mi guarda.


Fotografo y editor wister martinez








1 comentario:

Anónimo dijo...

wister que bueno que a travës de tu edublog recuerdes fechas memorable. super tu invitaciön a la valoracon del trabajo.