Relatan los habitantes de Plato Magdalena que a eso de las tres de la mañana cundo se vino la avalancha de agua estaba cayendo un fuerte aguacero el sonido del agua era estremecedor muchos corrieron a salvar sus enseres, le pedían el favor a otras personas para que se los vigilara mientras iban por los demás pero al regresar no encontraban al cuidandero ni sus enseres.
Por otro lado las ayudas que llegaron al Municipio el alcalde de plato las guardo en centro de convenciones, sus gobernados le pidieron encarecidamente que los repartiera por que se esperaba más agua y lo que hizo fue subirlas al segundo piso y efectivamente se vino nuevamente el agua y aquellas ayudas tan necesarias se inundaron sin beneficiar a nadie.
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