Muestra de lo anterior es el caso de los primeros homínidos, los Bonsei, quienes poseían características físicas adaptadas a su dieta alimenticia, algunos con fuertes mandíbulas fuertes y dientes grandes, pues comían raíces y pasto; otros como los aparensis, con mandíbulas poco pronunciadas y dientes cortantes, pues su alimentación era variada. A nivel corporal están los Homo Sapiens quienes perdieron el pelaje de su cuerpo por haber desarrollado glándulas sudoríparas que le ayudaban a regular su temperatura corporal, de nariz fileña, lo que ayudaba enfriar el oxigeno, eran altos lo que les permitía mantenerse frescos al estar su cuerpo alejado del calor emanado por la tierra cálida donde habitaban y cabello rizado que también les permitía la salida rápidamente del calor. En otro extremo se encuentran los Neandertales, habitantes de clima frio, de baja estatura y robustos lo que les ayudaba a mantener el calor de sus cuerpos, nariz achatada que les permitía calentar el oxigeno que entraba a sus pulmones, cabello lacio que ayuda retener el calor y la piel blanca que permite mayor producción de vitamina C.
Por lo tanto “la raza” es una concepción óptica ante la cual reaccionamos socialmente; el mito de las razas ha sido el vehículo que ha propiciado la exclusión social y el derramamiento de sangre como: los sucedidos con los Nazis en el exterminio de los judíos; el aparteins o exclusión de los negros de toda actividad pública en Sudáfrica; las masacres y el aniquilamiento de los indígenas y la explotación de los negros en América. Es también el origen de problemas socio – políticos, donde el color de la piel determina la posición social y el acceso a los cargos públicos y privados. Con base en ello:
¿Será justo seguir hablando en forma folclórica de la existencia de varias razas?
Articulo tomado del canal discovery, documental “la evolución del hombre”
Recopilación realizada por el Especialista: Wister Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario